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La polémica persigue al formaldehido, más conocido por los usuarios como formol. Los recientes casos de contaminación por sus gases han provocado una sensación de alarma que no permite mantener ecuanimidad respecto a las condiciones óptimas para su uso más seguro.

Se ha demonizado el formaldehido, un producto que desgraciadamente por ahora nadie quiere ni puede dejar de usar. Sin embargo los Departamentos de Riesgos Laborales y los Sindicatos mantienen duras posiciones para proteger a los profesionales del sector predominantemente hospitalario, y con razón.

Prevención de riesgos en el uso de formaldehido

Uno de los motores del cambio en la regulación en recientes años han sido los sistemas de extracción de vapores de formaldehido, tanto en vitrinas de gases como en mesas de tallado. Las velocidades de flujo se han estandarizado, y las direcciones de extracción de los vapores se han diversificado con el fin de asegurar la completa remoción de los gases.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo es la entidad que marca la pauta en España, y sus NTP (Notas Técnicas) referentes al uso del Formaldehido están accesibles a facultativos y usuarios fácilmente en internet.

Es precisamente el INSST quien ha instaurado la recomendación del empleo de filtros de Alúmina impregnados con Permanganato (KMnO4) como carga. Este artículo resulta preferente a los multicapa de carbón activo porque la fijación del formol vapor es química cuando interactúa con el Permanganato, mientras que el carbón activo, un material muy eficiente como absorbente de cualquier tipo de vapor efectúa su labor por simple contacto y adsorción.

Existen múltiples instrumentos que cumplen con esta recomendación, entre ellos:

  • Armarios de almacenamiento de piezas en formol
  • Cabinas extractoras de gases
  • Estaciones de dispensación de formol
  • Mesas de Tallado

La indicación del INSHT ha sido adoptada fácilmente por la mayoría de fabricantes de mesas de tallado. Sin embargo por lo que respecta al resto de instrumentación o equipos de soporte que hemos mencionado un muy escaso número de ellos, se han decantado por implementar esta incorporación de filtros recomendada. Ningún fabricante clásico de armarios de seguridad de laboratorio dispone de filtros de alúmina, y tampoco ninguna marca de cabinas de gases. Marcas clásicas de anatomía patológica como Anathomic Solutions, Bio-Optica y Leica sí que lo hacen.

Diferencias entre uso de permanganato y carbón activo

El tiempo de colmatación mediante filtros de carbón activo, o de saturacióncon el uso de Filtros de alúmina con Pemanganato (KMnO4) es muy similar, y se cifra en unos 6 meses.

En el caso de los filtros de carbón activo hay disponibles en el mercado detectores industriales que indican el estado de colmatación, mientras en los filtros de alúmina no existe tal opción. Aunque no es recomendable, una visualización del filtro permitiría observar una bajada de intensidad en el color rosa típico del permanganatosegún se prolongue su uso.

Por otra parte una vez que el formol vapor ha quedado inmovilizado por el carbón activo es muy difícil o imposible que éste se desprenda y entre de nuevo en el circuito del aire del laboratorio. Especialmente porque el flujo activo de cabinas y armarios es siempre en la misma dirección, y los cajones donde se mantienen los filtros son bastante estancos. Con lo cual la amenaza de una menor protección en el caso del carbón activo se difumina.

Parece en cualquier caso que hay una tendencia en el mercado, y la mayoría de los usuarios la han hecho suya, por lo cual es conveniente disponer de productos que cumplan la norma.

Merece la pena destacar que cualquiera de estos instrumentos quedan liberados de filtros si son empleados con extracción a la calle; esto es, tubos de salida flexible que expulsen vapores a través de una ventana o pared. Si el servicio del hospital o el laboratorio dispone de espacio para ello ésta siempre será una opción válida para actualizar equipos y quedar conforme a la norma.

Foto: Fotolia ©molekuul.be